¿ALLÁ DONDE UNO!
Con la pala y el machete
Va el hombre a la hacienda,
Vociferando ¡Tierra de moradores!,
¡Abran paso!, ¡Voy a mis labores!
Con ánimo y dedicación
Va cortando los matorrales,
Dimensionando el terreno,
Para sembrar maíz y árboles frutales.
¡Qué tierra más fértil!,
Expresa aquel hombre,
Entre cestas de marañones y limones,
Sembrando yuca y otoe,
Frente a diez colibríes.
Cerca de un riachuelo,
Una modesta granja
Donde habitan gallinas y caballos,
Va el campesino, a alimentar a
los polluelos,
Tras el relinche de los impotentes potros.
Sacándolos a caminar
Con su gran labrador,
Contemplando a su alrededor,
La tierra istmeña, ¡Que hermoso despertar!
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