EN MIS SUEÑOS
No hay motivos para no pensarte,
si en mi mente siempre estás presente.
No hay motivos para no soñarte,
si cada vez que te miro, mi corazón late.
Como es posible que al cerrar mis ojos
tu cálido y sonrosado rostro está en mi piel,
rasgado de sudor, y que erizas mi ser,
al ver tus pupilas suspirando por mí, al sentirme,
sin tocarme, sin besarme;
pero tus labios carnosos, hambrientos de pasión,
me seducen, hasta calar mi huesos.
¿Debo estar soñando?
¿Debo estar anonadado?
¿Acaso entraste como un ladrón sigiloso,
penetrando en mis sueños, a tal punto
que robaste mi dulce corazón?
En mis sueños, te apoderaste.
En mis sueños, te adueñaste.
En mis sueños, ósculos has de darme,
hasta llegar a la realidad y por siempre,
he de amarte.
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