Y NO ENTENDÍA
Y no entendía lo que sucedía,
había un silencio en el cielo,
y los habitantes de la tierra lloraban
de temor y angustia.
Una plaga había en nuestro planeta,
y aunque los médicos y enfermeras,
utilizaban sus conocimientos,
el sufrimiento humano era latente.
Ángeles bajaron del cielo,
enviados por Dios,
para fortalecer a la gente y
darles consuelo y salud.
Las ansias de llegar a los templos,
y orar, quedaban en anhelos,
puesto que los mismos estaban cerrados;
a la vista del pueblo.
Y no entendía, pero una voz angelical
me susurraba a los oídos,
y me decía, aunque camines sobre las aguas
no te hundirás,
el hijo de Dios te protegerá,
como fuerte baluarte,
y vencerás.
Orad, orad sin cesar,
esa es nuestra medicina,
y entendí,
que para Dios no hay nada imposible,
y toda dificultad, inclusive el virus invisible,
no puede contra el Todopoderoso.
Por: Roxi I. Moreno
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